SUBIENDO LA FALDA Por Eduardo Carvajal. “Cuando las letras fluyen, el volcán se enciende, las laderas se estremecen y las palabras toman ritmo”

Desde una empinada calle de Manizales. 19/02/2025. Desde mi niñez fui andariego, gracias a mis padres, ambos con almas gitanas, por eso no tengo detallado cuando asistí al primer desfile, si en las polvorientas calles de La Dorada, en la Santander de Manizales cuando era un tris de camino o acaso en las céntricas calles bogotanas cuando aterricé por allí en 1969.
Lo cierto, es que resultaba exultante ver los desfiles que irrumpían con sus lindas bastoneras, las bandas municipales o colegiales, pero que llenaban de esplendorosa música el aire de una mañana dominguera.
Claro, he debido ver en estos tantos años de vida, cualesquier tipo de desfiles, militares o civiles, de estos últimos recuerdo uno en el viejo barrio Alfonso López de Bogotá con motivo de un torneo navideño de fútbol, entonces aquel domingo, acompañado de mis padres, con pantalones cortos propios de la época, con un corte de cabello medio rapado que llamaban el ‘peinado Humberto’, salí con ellos a la calle 51 que era la principal y claro la emoción comenzaba con unas niñas lindas que vestidas con faldas corticas al estilo short, botas de cuero hasta la rodilla y sus bastones de mando o batutas agitadas uniformemente que le daban al espectáculo el primer aire carnestoléndico.
Luego la banda marcial con pelados de un colegio de Chapinero, tras ellos, no el pelotón de guerra del desfile militar sino los chinos futbolistas luciendo sus nuevos uniformes, unos con guayos nuevos y otros con ellos recién embetunados, muy brillantes, que tenían un sonido peculiar pues los taches chocaban duro con el pavimento.
Los años fueron pasando y los desfiles desapareciendo…
Hace mucho tiempo alcancé a observar uno pequeñito pero delicioso, en el barrio Aranjuez de Manizales, como parte de la ceremonia inaugural del Torneo Reyes Magos, aunque me cuentan que eso también tuvo su triste final.
He recibido invitación y en efecto por allá estaré, para presenciar el desfile anual que organiza la Liga Caldense de Fútbol con chicos de todas las categorías y que será el 2 de marzo culminando en la cancha de la Universidad de Caldas.
La verdad por allá estuve en el 2023 invitado por los mismos dirigentes y como speaker del evento, el cual me pareció maravilloso, y que, por momentos me trasladó a mí ya muy antigua infancia.
Con tristeza debo despedir los desfiles antiguos, pero igual debo felicitar y abrazar a esos dirigentes que luchando contra las aristas de la nueva generación, no quieren que esa tradicional y pomposa ceremonia desaparezca.
Será tarea de directivos de clubes, de los deportistas afiliados, de los padres de familia, hacer prevalecer esta antigua actividad que data de los albores de la civilización.
Este 2 de marzo hay que volver al desfile, a encontrarnos con clarines y clarinetes, tambores y tamborileros, platillos y metalófonos, batutas y chiquitines o chiquitinas, entremezclados en la vistosidad de sus uniformes.
Siiii, que viva el desfile inaugural del fútbol caldense…
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar; Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar; Caminante no hay camino sino estelas en la mar.

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