Desde una empinada calle de Manizales. 04/08/2024. Hoy no voy a escribir con los cartones que me he ganado, que el Antena de la Consagración, que los premios Simón Bolívar, no que va, hoy escribo como un colombiano, arriero, de zurriago, de poncho, de alpargata suavizando los callos, de sombrero, de carriel terciado, porque ayer esas chinas de la ‘Colombia’ me hicieron sentir orgulloso de la bandera tricolor.
Que bailamos a las apergaminadas españolas, claro que lo hicimos, que la chiquita Manuela Pavi enloqueció a esa lateral, que Linda Caicedo les hizo figuritas con la magia de sus piernas, que ese ‘Transmilenio’ llamado Mayra Ramírez salió como un toro enfurecido, les metió severo golazo y en cada contragolpe les volvió miércoles la cintura, que sus ‘balones de oro’ y sus títulos mundiales los ridiculizamos fue una ‘chimba’, pero todas fueron figuras, la Carabali, la Vanegas, la Restrepo, que Leicy y su golazo, que Catalina Usme, linda paisita nacida en Marinilla, pero que todos sentimos sin bandera antioqueña, porque la única es la de Colombia, pero todas, todas se fajaron ayer e hicieron rendir al mundo olímpico ante ellas, que verraquera…
Yo me imagino al artífice del fútbol femenino, Alvarito González, ese mismo que las apoya desde 1991, ‘cagado’ de la risa en la tribuna del estadio en Lyon, porque eso que pasó es la resultante de su respaldo por más de tres décadas a las chicas, entonces repito la frase de mi abuelo y de mi papá, – que sería del mundo sin ellas, las mujeres y las botellas-.
Claro que ayer brindamos, en medio de una frijolada cargada de chicharrón, y, todo por culpa de esas niñas hermosas que varias veces nos hicieron parar de la mesa en la vieja fonda que elegimos para ver la gesta. Y me puse la camiseta amarilla, así mi amigo Esteban Jaramillo diga que es ‘chiviada’ pero me la regaló un parcero caldense y me la pongo con cariño absoluto.
Entonces hoy domingo de homilía, voy pa´ la iglesia, a agradecerle a Dios por regalarnos esas juglares que humillaron a España, bueno y perdimos en la lotería de penalties, eso es lo de menos, porque lo más bacano fue ver a las españolas llorando frente a las colombianas.
Me perdonan los errores de ortografía y de composición, poque acabo de escribir como arriero colombiano, enamorado de mi bandera, fin…
Como es la vida al remate de letras me inspira un español, el sevillano Antonio Machado quien escribió una frase que suena a lindo epitafio: “Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar; Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar; Caminante no hay camino sino estelas en la mar”.